Desde el mirador del Castillo de Burgos, obtenemos unas estupendas vistas sobre el casco antiguo de la ciudad Cabeza de Castilla. A nuestros pies se sitúa la ladera del cerro y el caserío antiguo, del cual sobresale majestuosa, como un dragón lleno de crestas, la catedral de Santa María. Las crestas, claro, son los pináculos góticos de esta maravilla declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A la derecha vemos erguirse las dos torres de aire germánico, en el centro el cimborrio situado sobre la tumba del Cid Campeador, y finalmente a la izquierda el otro cimborrio, el que cubre la famosa capilla del Condestable. Tras la catedral se adivina la masa arbolada del paseo del Espolón y las riberas del río Arlanzón, y más allá las líneas rectas del Museo de la Evolución Humana, imprescindible visita para conocer nuestros orígenes. El mirador se encuentra junto a las ruinas del castillo que dio origen a la ciudad y que fue destruido por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. Se puede acceder cómodamente en coche y es gratuito.
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Texto y vídeo © LAGARTO ROJO
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