París es una de las ciudades más visitadas del mundo. Son muchos sus monumentos mundialmente famosos, y en determinados meses del año se ve invadida por auténticas hordas de turistas que aparecen a centenares por cualquier esquina… y aun así la capital de Francia no pierde su fascinación. Tanto es así, que recibe el sobrenombre de Ciudad Luz, como metáfora de centro internacional de las artes (por lo tanto nada que ver con la tenue luz de París, típica del lluvioso y frío norte de Francia).
Conocer esta ciudad en profundidad y todos sus secretos y sorpresas requiere meses. Sin embargo, unos pocos días bastarán para un conocimiento más superficial de los principales monumentos y los lugares más célebres. Las posibilidades son infinitas, pero hemos seleccionado diez lugares especialmente interesantes por su valor histórico y artístico o simplemente por su especial encanto.
Empezamos nuestro recorrido por el lugar donde nació París allá por el año 52 a.e.c., la isla de la Cité, en el río Sena. Allí encontraremos dos de los edificios medievales que conserva la ciudad, sus dos mayores joyas góticas. En primer lugar nos acercaremos a la Santa Capilla, una pequeña iglesia escondida entre los muros del Palacio de Justicia. Se trata en realidad de dos capillas, la inferior para la gente común y la superior reservada a la realeza. Ésta última deja boquiabierto al visitante por su grandiosidad y su audacia. Prácticamente sin muros, reemplazados por altísimas vidrieras medievales, da una sensación de calculada fragilidad al tiempo que inunda el espacio de luz coloreada.
Muy cerca, sin salir de la citada isla, encontramos la catedral de Notre Dame (el uso ha consagrado este galicismo puro en español). Esta catedral, que ha sido tantas veces inspiración para la pintura o la literatura, es una de las mejores del gótico francés. Su interior puede resultar un tanto frío, pero su exterior no defrauda en absoluto, sobre todo por las magníficas perspectivas que ofrece al rodearla. La imagen de sus arbotantes que parecen patas de araña es grandiosa. Dos consejos: no hay que perderse los detalles de sus famosas gárgolas, así como la vista que de ella hay desde la pequeña isla de San Luis.
Desde el centro, el eficiente metro parisino nos llevará rápidamente al más célebre cementerio de la ciudad, el de Père-Lachaise. Debe su fama no sólo al valor artístico de sus tumbas y panteones, sino sobre todo a su configuración en las laderas de una colina, lo que hace que se amontonen ofreciendo un efecto visual muy poco común. Ha sido elegido como lugar de enterramiento de muchos personajes célebres franceses y extranjeros, como Molière, Gioacchino Rossini, Rufino José Cuervo, Honoré de Balzac, Maria Callas, Frédéric Chopin, Manuel Godoy, Édith Piaf, Miguel Ángel Asturias, Rafael Leónidas Trujillo o Jean-François Champolion, entre otros.
Nos vamos ahora a la margen izquierda del Sena, la Rive Gauche. Allí encontraremos otro remanso de paz en uno de los parques más bonitos de París, los Jardines de Luxemburgo. Debe su nombre al duque de Luxemburgo, que cedió el terreno a la reina María de Médici, viuda de Enrique IV, que edificó el palacio que hoy alberga el Senado de la República, al cual pertenecen los jardines. Es un parque muy tranquilo en el corazón de la gran urbe, adornado por numerosas esculturas, entre las que se encontraba hasta 2012 una Estatua de la Libertad de 2,85 metros de altura, hoy instalada en el Museo de Orsay.
Nos acercamos al río Sena para atravesar el puente Alejandro III, el más impresionante de París, toda una exuberante muestra de la arquitectura de la Belle Époque. Está dedicado a Alejandro III, zar de todas las Rusias, aunque construido entre 1896 y 1900, ya en tiempos de su hijo Nicolás II. Realizado para conmemorar la alianza franco-rusa, está plagado de estatuas alegóricas de las dos naciones. Sin duda, uno de los puentes más bellos del mundo.

El puente Alejandro III está repleto de detalles escultóricos. En la imagen se aprecia el escudo imperial ruso
Hemos llegado al ecuador de nuestro recorrido por la capital francesa. Tomemos un respiro. En la segunda parte pasaremos a la margen derecha del río Sena para seguir empapándonos de grandeur al más puro estilo francés.
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Texto y fotos © LAGARTO ROJO
Permitida su reproducción previa autorización y siempre que se cite su procedencia.
Para más información:
http://es.parisinfo.com/
http://www.pere-lachaise.com/ (en francés)
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